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Desarrollo general del periodo 1820-1852

El período 1820-1852: de las autonomías provinciales a la federación rosista

La disolución del Directorio y del Congreso puso fin al gobierno central.  Los gobiernos provinciales fueron estableciendo sus propias formas de gobierno en territorios sin límites precisos que en general se trazaron a partir de las ciudades más importantes. A lo largo de todo el periodo las diferencias políticas tuvieron en la mayoría de los casos sus orígenes en diferencias tanto económicas como sociales, regionales, etc., Por lo tanto, los intentos por construir un Estado unificado se dificultaron enormemente. Como planteó el historiador Waldo Ansaldi, los enfrentamientos políticos expresaban problemas más profundos que correspondían a las oposiciones que se generaban entre los grupos sociales, los intereses provinciales o regionales y las diferencias que se producían entre el campo y la ciudad *.  Estos grupos representaban proyectos diferentes y han pasado a ser conocidos como unitarios y federales. Pero si queremos evitar confusiones debemos saber diferenciar y entender de qué se habla cuando se mencionan estos dos términos. Ambos responden a las formas en que concebían la organización política del país. El proyecto unitario (que deberíamos definir con mayor precisión como centralista) se caracterizó por una fuerte subordinación de los poderes provinciales al poder central. Por su parte, los diversos proyectos federales entendían que la organización del Estado nacional debía basarse en la asociación de Estados regionales (provinciales) que delegaran parte de su poder al Estado central. A una primera etapa caracterizada por la autonomía de las provincias,  le siguió a mediados de la década de 1820 el breve intento centralizador de Rivadavia que culminó en un fracaso. Posteriormente, a mediados de la década de 1830, el gobernador de Buenos Aires era Juan Manuel de Rosas. Su política proclamaba un especial federalismo basado en una posición autonomista que demoraba cualquier intento de organización nacional que le significara a su provincia la pérdida de recursos y de mecanismos de control. La batalla de Caseros en 1852, un nuevo levantamiento del Litoral contra Buenos Aires liderado por Justo José de Urquiza, marcó el fin de esta etapa.

1 comentario

lurdes -

me encanta!!....es justo lo que busco!